Al llegar al final de su vida útil, los electrodomésticos, especialmente aquellos que contienen sustancias peligrosas para el medio ambiente, deben ser tratados por agentes autorizados garantizando su correcta recogida, transporte y reciclaje. El proyecto de seguimiento y monitorización liderado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha contribuido a evaluar la aplicación de los procedimientos, a partir del desarrollo de sensores miniaturizados y autónomos de localización, integrados en residuos electrónicos y permitiendo su rastreo remoto a nivel global.